domingo, agosto 28, 2005
Revelaciones
Hace rato que he admitido que tengo el "Sí" fácil (la carne es débil y al menos soy honesta conmigo misma y con los demás al admitirlo).
Lo que nunca imaginé es que tenía un "No" muy poderoso, mejor dicho, contundente.
Debe ser porque, hasta ahora, no había hecho uso de esta palabra. Mejor dicho, no me había dado cuenta de sus implicancias.
Si me pongo de la vereda de enfrente, de la del receptor, obtener un "No" por respuesta suele causar ira, impotencia, frustración, tristeza.
Nunca creí que fuera posible utilizar esta palabra y ver sus efectos de forma inmediata. Ahora que tuve la oportunidad de hacerlo, lo confieso...
Mis "Sí" son fáciles.
Mis "No" son terminantes, inflexibles, dañinos y, hasta a veces crueles, casi, casi, como un golpe en el estómago, de esos que te dejan sin aire.
Mis "No" son poderosos. Me dí cuenta de que los necesito.
Debo aprender a utilizarlos y a dominar este arte.
Tengo la certeza de que volveré a necesitar de mis "No" muchas veces más a lo largo del camino.
Nunca dejé de decir "No".
Siempre los tuve e hice uso de ellos.
Lo que no había percibido, hasta ahora, es cuan poderosos son mis "No".
Ahora lo sé.
Desde ya que sin un "No", viviría avasallada. Por suerte nunca lo he sido, y no tengo intenciones de comenzar a serlo.